• Consejo Provincial de Educación - Viernes, 19 Noviembre 2021

Efeméride: Día Mundial para la Prevención del Abuso contra Niñas, Niños y Adolescentes

Esta fecha apunta a visibilizar que tanto la protección de los derechos de las infancias y adolescencias como la prevención de las violencias en su contra son una prioridad para los Estados.

¿Qué es el abuso o violencia sexual hacia niñas, niños y adolescentes?

Es la búsqueda u obtención por parte de una persona adulta de placer sexual sacando provecho del vínculo de confianza o poder que tiene con niños, niñas o adolescentes. Este delito no implica necesariamente un contacto físico, ya que se observa en toda una diversidad de conductas tales como el hostigamiento, el exhibicionismo, las humillaciones de carácter sexual, las intrusiones en la intimidad, los tocamientos, el hacer que sean partícipes de prácticas propias de la sexualidad adulta, entre otras. 

Todas estas prácticas tienen en común los siguientes aspectos:

Asimetría de poder: la violencia sexual hacia niñas, niños y adolescentes (NNyA) se caracteriza por la asimetría de poder, de conocimiento y de gratificación. NNyA son entonces objeto de un vínculo de dominio y cosificación por parte de quienes la ejercen.

No consentimiento: las personas adultas que utilizan a NNyA para su gratificación sexual están vulnerando su condición de sujetos de derecho. Y es que no existe consentimiento cuando se impone una conducta por el ejercicio de poder.

El rol de la escuela desde la perspectiva de la ESI

La escuela es un espacio fundamental como ámbito de protección y garante de los derechos de NNyA. Una de las fortalezas de la ESI es que enseña la importancia de los derechos, su ejercicio y cómo actuar cuando estos son vulnerados o avasallados.

También es un espacio muy importante para detectar la violencia sexual contra NNyA. Por la cotidianeidad y el lugar de confianza que brinda a sus estudiantes, el rol docente es clave para la detección de este delito y el acompañamiento desde un lugar de cuidado. En este sentido, es fundamental trabajar en los establecimientos educativos la promoción y el fortalecimiento de conductas de autoprotección, la detección de la violencia sexual contra las niñeces y adolescencias y la restitución de derechos. Para abordar esta tarea resulta central el trabajo articulado con los otros organismos de protección de derechos de las niñeces y adolescencias. 

La ESI se encuentra profundamente ligada a la prevención y detección de este delito. El reconocimiento y defensa de derechos de NNyA, el desarrollo de subjetividades e identidades libres de cualquier forma de discriminación y restricción, el aprendizaje de capacidades de autoprotección y de cuidados mutuos, el ejercicio de vinculaciones con lugar para el afecto, el respeto y la consideración del prójimo, la habilitación de recursos para la expresión, aprendizaje y desarrollo del mundo afectivo, la apertura de espacios desde los cuales valorar y resguardar la propia intimidad y la intimidad compartida, son, entre muchos otros, propósitos atinentes a la ESI que la constituyen en un territorio especialmente fértil para trabajar en contrasentido de cualquier expresión de las violencias.

Desde las escuelas se pueden promover relaciones sin violencias a partir de: la construcción de habilidades para el desarrollo de la autoestima, la autonomía, la expresión saludable de las emociones, la construcción —y sostenimiento— de vínculos sanos, la capacidad de comunicarse y de sentir empatía; el desarrollo y valoración de la noción de intimidad y de su cuidado; la apropiación de pautas de cuidado, protección y vínculo afectivo con el propio cuerpo y el cuerpo ajeno; el sostenimiento de una cultura crítica hacia comportamientos o modalidades de vinculación abusivos y la promoción de derechos ligados al ejercicio saludable de la sexualidad.