Se trata de investigaciones paleoclimáticas cuantitativas que permiten no solo una mayor comprensión de la variabilidad climática pasada, sino que además contribuyen a mejorar la comprensión sobre los procesos climáticos actuales y a la búsqueda de respuestas sobre la evolución futura del clima.
La Patagonia presenta una de las transiciones bioclimáticas más marcadas y abruptas del mundo, abarcando una transición de biomas tan disímiles como los bosques lluviosos templados hasta las estepas y matorrales xerófilos del centro sur de Argentina.
Las variaciones en la hidrología de estos ambientes influyen en el desarrollo de la comunidad biológica y en particular sobre aquellos más sensibles a las variaciones ambientales. A su vez, los sedimentos lacustres funcionan como archivos naturales permitiendo la reconstrucción de las condiciones ambientales y climáticas del pasado al integrar espacial y temporalmente variaciones en las propiedades físicas, químicas y biológicas de los lagos, el área de drenaje de la cuenca y la atmósfera. Estos estudios representan una herramienta para comprender mejor los procesos del cambio climático y sus complejidades.